Bailaron las aguas
con los tallos enjutos, las miradas limpias,
el sol atravesando sus moléculas
mientras bosteza al medio dia de verano.
Una rana aburrida croa en el arroyo
y se acerca tu mano.
¡Déjame sentir la paz!, te digo,
ser partícipe de esta maravilla
junto a la orilla, a la sombra del árbol.
Necesito la pulcritud de estos caprichos
que son los dichos de las bocas
que sienten sed de libertad.
¿No te quedas? veo que te vas
por las veredas ya secas
y el silencio inmaculado.
No quieres seguir a mi lado.
Para ti es aburrido mirar
las nervaduras de las hojas,
que a mi me enamoran.
Así me quedo tumbada
en el lecho de hierba amarilla
junto a la orilla, ya no croa la rana.